lunes, 19 de diciembre de 2011

Un cross poco cross


Amenazaban la mañana y las previsiones con bastante frío. Aunque para la hora de la carrera el día al final se presentó desde su cara más amable. Hacía sol y una temperatura estupenda para correr, una ligera brisa, pero en general muy buenas condiciones, realmente agradables casi ideales para practicar deporte.

Algarrobo es el circuito menos “cross” de los que he corrido hasta ahora: muy llano, sólo una zona de 500m con unos guijarros aptos para romperte los tobillos (1ª parte) y unos chinos para hacer derrape (2ª parte). Pero todo muy factible. El resto asfalto y/o camino de tierra que van en paraleo, donde podías elegir cual de los dos preferías. Giros hubo casi ninguno, sólo dos de 90 grados justamente en el cambio de superficie dentro de la zona que más a un cross se parecía. El resto rectas largas e interminables. En total, un circuito que beneficiaba claramente a los que quieren correr a toda leche y encontrarse con la menor dificultad técnica posible.

Después de un calentamiento extenso llego a la salida donde me entero literalmente a última hora, tan sólo 5 segundos antes del pistolazo que han modificado el recorrido y que nos ahorramos una vuelta pequeña (menos mal saberlo antes …). La “operación salida” esta vez transcurre con normalidad, sin grandes incidencias, mucho menos codazos y nerviosismo que en otras ocasiones, entre otras cosas porque no me meto en el lío. Me lo estoy tomando con más calma y no me importa perder el tren hacia adelante ya en los primeros 300m. Tengo la idea de repetir mi estrategia de Archidona, o sea: pegarme a uno o varios corredores experimentados pero rápidos, e intentar meter el turbo en la última vuelta (por si el motor entonces todavía tiene capacidad de acelerar el ritmo).



Nada más entrar en la zona “rústica” del circuito ya se empieza a formar un grupito ilustre alrededor de dos corredores del Playas de Málaga (Manuel y Jesús), Marcos (Trimarbella), Juan Manuel (Km1 Ronda), Miguel (Ciudad Marbella) y Paco Delgado (Atl. Málaga), aunque los 2 últimos se cansan ya muy pronto de un ritmo impuesto por los demás y después de media vuelta deciden saltar del grupo. Media vuelta más adelante Juan Manuel también se lanza al vacío y se nos va poco a poco. En cada una de esas situaciones se me pasa por la cabeza seguirles, pero prefiero de momento ir al ritmo que están imponiendo las dos liebres del grupo y que me parece lo suficientemente exigente para marcar un buen tiempo. Si voy más rápido (aunque sólo sea un pelín más rápido) seguro que me faltarán fuerzas en la última vuelta. Lo que quiero evitar es terminar pidiendo la hora porque a pesar de la ventaja momentánea a fin de cuentas significa una pérdida en términos de tiempo y puestos. De eso he tenido más que suficientes ocasiones en las últimas carreras para comprobarlo. Uno a pesar de la edad no pierde la capacidad de aprender …


Correr en grupo significa continuidad, y eso es lo que busco. Pero es una estrategia muy poco habitual en carreras de cross que suelen ser acidentadas y donde cada uno suele tener un ritmo y una dinámica en carrera distinta a la de los demás. Por tanto llama bastante la atención que a mitad de carrera sigamos todavía en el grupito: en primera fila Manuel (Playas de Málaga) y Marcos (Trimarbella) que van marcando el ritmo, detrás Jesús (Playas de Málaga) y yo que dejamos hacer el trabajo a los demás. Al mismo Bodo que está observando la carrera le escucho comentar “Y ese grupito …??” Al finalizar la segunda vuelta alcanzamos a Miguel. Se acabó su aventura gracias a la continuidad del trabajo de las dos liebres. Al adelantarle le pego un fuerte “Venga!! Vamos!!” al oído. Lo intenta unos metros pero al final ya no sabrá mantener nuestro ritmo.


Al principio de la última vuelta se descuelga también del grupo Jesús. Sólo quedamos tres. Noto que tampoco voy demasiado fino. Mi plan de apretar algo más en la última vuelta de momento lo tengo que poner aparte. Bastante tengo ya con aguantar el ritmo de las liebres, así que decido seguir en segunda fila y esperar mi oportunidad en el sprint final. Al salir de la zona de los chinos la situación se complica aún más. Vamos a muy buen ritmo y van cayendo varios juveniles que recogemos uno tras uno. Pero son muy peligrosos esos adelantemientos porque con otros corredores en medio es todavía más difícil seguir en contacto. Cada vez me cuesta más mantener el ritmo de las dos liebres que ahora ya no van tan unidos como antes y cada uno intenta imponerse al otro. Esta es la hora de la verdad!! Ahora hay que sacar el cuchillo y agarrarse a ellos con uñas y dientes! Quién caiga ahora se va a quedar atrás definitivamente. No sé cómo lo hago, pero al final consigo que no se me escapen. Encima a falta de 400m para mi gran sorpresa empieza a aflojar Marcos que 200m antes parecía todavía el más fuerte de los tres. Rápidamente se queda atrás y va aumentando la distancia.


Sólo quedan Manuel y yo al entrar en la recta final, a falta de unos 200m aproximadamente. Es suficiente distancia tanto para optar por una estrategia desde lejos como para poder reaccionar en los 30-50m finales. Además tengo la ventaja estratégica de ir “a rueda de” Manuel. Así que es él quien tiene que actuar, yo me puedo permitir el lujo de limitarme a reaccionar. A 150m de meta aumenta el ritmo de forma notable. Supongo que será su velocidad final aunque me quedo con la duda si será capaz de subirla aún más en los últimos metros. Pero no hay que perder tiempo ahora. Este es el momento para reaccionar!! Opto por un sprint medio largo y rápìdamente consigo pasarle y ganar metros. Aunque se convirtiera en Usain Bolt, dificilmente me alcanzaría en los metros restantes. Incluso casi le pillo todavía a un jóven corredor del Triatlón Añoreta. Después de entrar en meta nos damos las gracias y nos felicitamos todos los que hemos formado parte de ese grupito estupendo, improvisado sobre la marcha, tan poco habitual en carreras cortas y encima de cross. Ha sido una experiencia fantástica y eso para mí es deporte: colaborar, competir, entre todos sacar lo mejor de cada uno y después darse las manos y reírse juntos.


El buen sabor de boca por el desenlace feliz se multiplica todavía al conocer los resultados finales. Puesto 33 de 78 con un tiempo de 17’02. La organización da como distancia oficial 5.150m que significaría una media de 3’18. Ni de coña! Algunos corredores hablan después de 4.600m medidos con GPS lo que correspondería a un ritmo de 3’42. Con eso ya nos acercamos bastante más a la realidad. Sea como sea, al final muy contento tanto por la carrera como por el resultado. ¿Se puede mejorar todavía? Claro que sí. Para ello está 2012. Felices fiestas a tod@s l@s Primeguis, a los compañeros y rivales de las carreras, en especial la sección Tolox Corre/Ciudad Marbella. A ver cuándo os aclaráis para qué club corréis!! Es que yo al menos no me entero …

Fotos cortesía de atletismoperote.blogspot.com, clubatletismocartama.blogspot.com y atletismocarranque.com

martes, 8 de noviembre de 2011

Pizzero enganchado

¿Para qué uno hace una “pretemporada” de 18 semanas, se mete primero en montañas, después hace series en cuestas y escaleras, todo acompañado por ejercicios de pesas, para finalmente recorrer la playa de la Cala y hartarse de arena y zonas técnicas? La respuesta es: para preparar a conciencia lo que para muchos es una buenísima oportunidad para ir cogiendo fuerza y forma, para mi es el objetivo principal de este año: el circuito cross.

No sabía exactamente que me esperaba porque nunca antes había corrido un cross. Por tanto la curiosidad y la expectación al llegar al primer escenario de la temporada cross (Achidona) era máxima. Las primeras dudas se disiparon nada más comprobar el estado del circuito. El resultado de la inspección que hicimos Alfonso y yo: imposible correr a un ritmo de 3’45. Hasta gente con registros de 3’30 y más rápidos el año anterior en el mismo sitio al final no consiguieron bajar de los 4’. Las lluvias de los últimos días habían dejado la tierra demasiado reblandecida. En algunos tramos (el más largo de ellos tenía unos 150m) el suelo se te iba hundiendo totalmente al pisarlo, como si de una masa para una pizza gigantesca se tratase y como pizzeros se habían inscrito unos 100 corredores veteranos y juveniles para trabajar bien con sus pies la masa y dejarla bien preparada para las posteriores carreras.


Después de otro calentamiento ajetreado arranca por fin la carrera. He salido un pelín demasiado atrás, y con lo estrecha que se está haciendo la carrera por las cintas en ambos lados y los obstáculos (alcantarillados que están saliendo medio metro, baches, cambios de dirección etc.) que con tanta gente a tu alrededor se te presentan de un segundo a otro se me hace muy complicado ganar puestos. Después de 300m, dos giros brutales y una primera entrada en acción de los pizzeros por fin se levanta la nube de humo y chispas que ha provocado tanta artillería y tanta polvora en el inicio de la carrera. Me doy cuenta que ya he perdido el tren. Tres de mis cuatro referencias ya se me han ido, ya nos están separando 50-100m y un montón de corredores en medio. La única referencia que me queda es Monti de Álora. Así que decido pegarme y agarrarme a él como pueda. Si va a su ritmo normal es posible que en algún momento me reviente. Pero le noto algo menos explosivo que normalmente, y a mí me viene bien porque este es un terreno nuevo para mí y mejor ir un pelín reservón que ir a tumba abierta desde la primera vuelta.  


Terminamos la primera vuelta. Es un terreno muy muy complicado, en esas condiciones un circuito muy exigente. Pero voy cómodo. El ritmo que está imponiendo Monti es exactamente el mío. Intento centrarme en correr técnicamente bien por muy difícil que sea en algunas zonas. Poco antes de cruzar por primera vez la línea de meta somos testigos del primer espectáculo del día. Justamente delante de nosotros tropieza y se va al suelo un corredor, dándose una vuelta y media en el barro. “Qué chungo es eso!!” pienso. Media vuelta más adelante otra vez bandera amarilla. En plena zona de barro denso de repente se da la vuelta un chaval y viene hacia nosotros. Un kamikaze!!! Qué ha pasado??? Se le ha quedado clavada una zapatilla en el barro, ha seguido corriendo unos metros con sólo una zapatilla y se ha dado la vuelta para ir a buscar y sacar la otra del barro. “Jolines – pienso – en qué te has metido aquí?!? Con lo tranquilito que se puede correr en el paseo marítimo de la Cala. Y tú aquí con un frío que pela, ni 5 metros seguidos que puedes correr en condiciones y encima ahora se están poniendo de acuerdo para hacerte reír y complicártelo aún más …”


Hacía el final de la tercera vuelta la constancia de Monti da sus primeros frutos. Nos hemos acercado bastante a Ismael de San Pedro que empezó como una moto, me sacó casi 30 segundos después de la primera vuelta y ahora lo está pagando. Poco después de cruzar por tercera vez la línea de meta le alcazamos y volvemos a la carga. A ratos me cuesta mantener el ritmo de Monti. Corre muy constante, pero se le nota que la cabeza quiere más y las piernas no responden. A veces intenta echarle algo más para después darse cuenta que hoy no es su día y que el cuerpo no da para más. Así que tengo que estar muy atento por si en algún momento a la moto se le acaba la gasolina y se convierte en un freno para mí.

Eso pasa en la última vuelta, a falta de un kilómetro. Por primera vez me pongo a la altura de Monti, le adelanto despacito, casi de forma tímida. Me falta todavía la determinación, queda bastante hasta la meta. Pero noto como él se viene abajo, así que ese es el momento. Meto la quinta marcha e intento volar como pueda sobre la parte más chunga de todo el circuito. Antes del último giro de 180 grados veo de repente que tengo a un tiro a José Miguel del Ciudad de Marbella, mi tercera referencia. Va listo y le adelanto con facilidad aunque se pica y me dará guerra hasta la línea de meta. Para eso estamos los rivales, para dar vida a los que prácticamente ya no la tienen. El pique le ha reanimado. Entre su compañero de equipo Miguel, él y yo vamos recogiendo cadáveres en los 300m que quedan hasta la meta. Una bonita lucha hasta llegar por fin: primero Miguel, después yo y tercero del grupito José Miguel.
 
Al final acabo 42 de 96, pero la posición y el tiempo tienen menor relevancia. Lo que importa es que he conseguido hacer la carrera perfecta. Ha sido una experiencia tremenda, brutal (como diría Guardiola, en este caso sí pega la palabra) el primer encuentro con el mundo del cross. A pesar de su brutalidad, o igual por ella y su carácter salvaje una sola rendezvous ha sido suficiente para engancharme a mi nuevo amor. He encontrado mi media naranja y no voy a permitir que nadie nos separe (espero que eso no lea mi novia).


Photos courtesy by http://atletismoperote.blogspot.com/ and http://clubatletismocartama.blogspot.com/

viernes, 23 de septiembre de 2011

Feriantes

Después de dos carreritas de cachondeo (Feria de Mijas, Subida al Bajondillo) tocó la primera prueba seria de la temporada. La de la Feria de Torremolinos. El primer amistoso, ya no contra una selección de la Axarquía sino contra el Lazio. Los que entrenamos según periodizaciones nos encontramos muchos todavía en época de pretemporada y llegamos con las piernas bastante cargadas a las carreras. Pero lo mismo vale para nuestros rivales. Así que excusa no puede haber ninguna pero no hay que sobrevalorar los resultados tampoco. Aún así mentiría si no reconociese que iba a ser una prueba importante para mí, ya que me serviría para comprobar mi estado actual y para sacar conclusiones cara al futuro. Después sabría en qué punto realmente estoy y a qué puedo aspirar, hasta dónde realmente puedo llegar.

Antes no había hecho practicamente ningún entrenamiento a ritmo de carrera. Las pocas oportunidades para entrenar a 4’05-4’10 y “calibrar” el ritmo de carrera las había desperdiciado. Había entrenado o demasiado rápido (series de 1000, series piramidales, bajadas) o demasiado lento (carrera continua, subidas). Incluso en los fartleks iba o por debajo o por encima del ritmo de carrera. Así que sabía que mucha sensibilidad por la velocidad todavía no tenía y que sería cuestión de irse adaptando a lo que sucediese en carrera. A pesar de todo arranqué con la idea de ir de menos a más, expresión de una ingenuidad total de mi parte como se puso de relieve después.


Menos mal que la toma de contacto con las carreras más serias coincidió con el primer mítin de la familia Primeguis esta temporada. Estar entre los compañeros, hablar de nuestras cosa, las risas y todo me ayudaron a distraerme algo y también permitió que mi tensión pasó desapercibida. Pero cuando se acercó la hora de la salida y más todavía esperando la señal de salida me puse algo nervioso.

Tomo la salida junto a Fernando, con unos 70-80 corredores delante. En los 100 metros en pista ya hay bastante movimiento. Muchos cambios de posiciones. Unos adelantando, otros frenando. A pesar del caos consiguimos pasar bien por la puerta a la calle. Fuera del estadio siguen los adelantamientos. Hasta allí imposible centrarse en correr y coger un ritmo. En la bajada hacia C/ Cuba se empiezan a abrir algo las filas y a formarse los primeros grupos. Ahora sí ha llegado la hora de centrarse algo más en el ritmo. Voy cerrando un grupo de unos 6-8 corredores y calculo que en cabeza de carrera van unos 40-60 corredores más. Jarapalos, San Pedro, Torremolinos pone en las camisetas de los que tengo directamente delante. Todavía hay algún que otro buscando su oportunidad y con ganas de engancharse a los trenes que van por delante cuando pasamos por la zona de los chinos. Pero perdemos de vista a los primeros en la polvareda que levantamos entre todos y la cosa se tranquiliza definitivamente al enfrentarnos por primera vez a la subida dirección autovía.


Allí de repente también se une a la fiesta Ismael del Club de Atletismo de San Pedro con él que hace unos meses me perdí por los callejones de Istán. No me reconoce, o le da vergüenza. Tiene una forma curiosa de correr. Va a buen ritmo en los llanos y las bajadas, pero no puede en las subidas. Así que es un tira y afloja entre nosotros. Subiendo le adelanto yo y en los llanos me coge otra vez. Así durante una vuelta y media. Cuando pasamos la primera vez por el Molino de Batán todo el mundo corre pegado a la pared buscando la pequeña sombra que da el muro. Así entramos enfilados en la recta larga que nos lleva hasta el punto de partida. Ufff!!! Cuánto queda todavía para terminar la primera vuelta!! Encima pica un poco para arriba y se nota una ligera brisa en contra. Así que en seguida busco la espalda de un corredor del CA Torremolinos que me lleva bien protegido al comienzo de la segunda vuelta.

Mirando el reloj se confirma lo que ya he empezado a notar durante los últimos minutos: he salido demasiado rápido. Tampoco me he pasado totalmente, pero sí lo noto y dudo de que pueda mantener ese ritmo durante toda la carrera. Porque en vez de correr a 4’15 (como tenía previsto) corro a 4’. Pero parece que lo mismo le pasa a más corredores. Somos bastantes los que a partir de la segunda vuelta aflojamos al menos un pelín y aprovechamos la bajada “técnica” como oportunidad para un pequeño “descanso activo”. La mitad de los que antes tenía delante se marchan poco a poco en esos cambios de ritmo. Cada vez hay más distancia entre los corredores. De atrás ya no viene practicamente nadie tampoco. El único que me adelanta en la bajada es Ismael. Pero en la subida paso otra vez por delante de él, a lo largo del sube y baja hacia el Molino Batán le escucho acercarse, pero a partir de allí meto más distancia entre nosotros y al final le saco 1’30.


En la recta larga tengo ahora delante a un corredor altísimo, me sirve estupendamente para protegerme contra el viento de cara. Hacia el final de la recta empiezo a dudar si no sería mejor adelentarle pero hay un hueco importante entre nosotros y los que van delante. Me autoconvenzo de intentar aprovechar la bajada para acercarme a ellos y a la vez recuperar un poquillo. Qué idea más ingenua! Van cayendo los primeros doblados pero no hay forma de acercarme a los rivales directos. La subida hacia la autovía en esta tercera vuelta se hace realmente dura. Tengo que apretar ya bastante porque tengo la sensación de perder el contacto en vez de conectar con los delante. Pasado el Molino de Batán y ya en la recta por fin tengo la presa a un tiro. Mejor dicho dos presas. Pero alcanzar el mejor posicionadao de ellos supondría un esfuerzo tremendo y mentalmente no estoy por la labor. Va a ser ya difícil alcanzar al último de los dos. Se está haciendo ya muy larga la carrera, encima pica para arriba en la calle antes de entrar al estadio. Son los típicos momentos en los que realmente ya no tienes fuerzas y sólo corres porque así te lo dice la cabeza y la mía en este momento me dice “Intenta mantener más o menos el contacto, en la pista ya se verá quién tiene más fuerzas”. Entro con una desventaja de 15-20m a la pista de atletismo, y dudo que sea posible recuperar esta distancia. Pero ya en la recta final noto que tengo todavía más que echarle que la “camiseta amarilla” que tengo delante. Acelerando le saco metro tras metro y cruzo la meta incluso unos metros delante de él. Al final llego 56 con una media de 4:06, con bastantes cosas todavía por mejorar pero para empezar no está nada mal.

martes, 30 de agosto de 2011

Potencia

¡¡Vaya semanita!! La tercera del segundo ciclo, y por tanto la más dura (la cuarta siempre suelo bajar algo la carga para darle un pequeño respiro al cuerpo). Recuerdo pocas semanas con tanta caña. La culpa la tiene en parte Antonio, compañero de Primeguis, que siempre me viene con ideas de endurecer los entrenamientos, pero de forma más o menos controlada. Sin convertirlos en competiciones, pero sí poner un nivel de exigencias bastante alto. Y yo con mi carácter dócil (que suelo demostrar siempre después de una primera fase de protestas obligatorias) muchas veces le hago caso. La otra parte de culpa la tiene en este caso la subida al Bajondillo que toca ya mismo y que me obliga a incorporar escaleras en los entrenos antes de lo que tenía previsto.


La pregunta era ¿Qué día meter las escaleras? ¡Sí tenía ya un programa completito para toda la semana!! Al final me decanté por el día de pesas. Después de 40min de calentamiento en patines y 1h15 de pesas (para la fuerza resistencia) me sentí lo suficientemente fresco y pensé “Aguantar lo vas a aguantar seguro. Pero la gran incógnita será si mañana podrás todavía levantar las piernas o si se te van a doler en cada paso…”  Las series en escalera al final no se hicieron tan pesadas como otras series (400, 1000), además tienes que estar más centrado porque hay que medir muy bien cada paso, y así la cabeza también está algo distraida, lo que conviene en esos esfuerzos. De esa manera se te pasa volando. También es verdad que el cansancio posterior no me lo quitó nadie y ya me temía lo peor para el día siguiente.

Me costó bastante arrancar el martes en la subida al Alto de Olías (suelo hacer sólo los 6 primeros kilómetros hasta donde suaviza). Afortunadamente tenía a un ciclista a unos 100m delante mía al que adelanté todavía en el primer km. Se picó y después fue un tira y afloja. Siempre iba yo delante, pero en los tramos más suaves se me acercaba y en los tramos más duros le metía otra vez más distancia. Ese jueguecito del gato y del ratón realmente me vino de maravilla para distraerme, así no me dio ni tiempo para recordar lo cargadas que tenía las piernas del día anterior. A pesar de todo respondieron bien incluso en la bajada, aunque mentiría si no reconociese que los 2 últimos km se me hicieron muy largos.


2 días seguidos de entrenamiento de potencia. Eso tenía que tener algún efecto, en algún momento se tenía que notar tanta carga acumulada. Pasó el miércoles. Sobre el programa una simple carrera continua. 8 kilómetrillos a velocidad normal y corriente. En otras circunstancias está chupao, pero esta vez se convertieron en una tortura. Tenía las piernas muy pesadas, con escasa movilidad. Me olvidé de mis ejercicios técnicos que suelo practicar al principio de cada entrenamiento porque sabía que no iba a servir para nada o incluso me podía hacer daño. Era simplemente cuestión de acabarlo cuanto antes, de la forma más digna posible y pasar página. Un día de transición como lo llamarían los ciclistas. Pero también son días con una repercusión importante sobre la evolución. No por el esfuerzo en si que estés realizando, sino a nivel mental y por mantener los ejercicios bajo condiciones por muy difíciles que sean. Es algo que también tienes que saber llevar: entrenar de forma controlada (no me pasé del 80% de las pulsaciones máximas), intentar sufrir lo menos posible, y si encima consigues mejorar tu marca comparada con las de semanas anteriores, entonces sabes que estás en un buen camino.


Después del día de sufrimiento tocó la guinda del pastel de la semana: 3x 2000m progresivos. Un ejercicio bastante exigente porque tienes que ser capaz de arrancar a buen ritmo, después de 2 km acelerar todavía más, y pasados otros 2km echarle aún más, casi todo lo que tienes. Realmente es fácil caer en la trampa, empezar demasiado fuerte y quedarte sin reservas. Hay que tener mucho cuidado a la hora de dosificar. Me había marcado como ritmos orientativos: 4’30, 4’10 y … debajo de 4’00 … pero el último intervalo realmente era la gran incógnita. No tenía mal las piernas aunque estaban todavía ligeramente perjudicadas de los esfuerzos de los días anteriores. El primer intervalo sin problemas: 4’31. En el segundo me pasé, hice el primer km casi a 4’00 y sabía que si iba a mantener ese ritmo no sería capaz de subir aún nucho más en el último tramo. Bajé un pelín y corrí el segundo km a 4’14. En el último intervalo me pasó lo mismo: el primer km en menos de 3’45, además subiendo dos repechitos de esos que se te hacen muy duros cuando vas a tope. Así que otra vez a bajar ligeramente porque ya iba justito de fuerzas. Al final 4’31 – 4’07 – 3’54 para los tres intervalos. Con mejor dosificación podría haber corrido algo más rápido el último intervalo. Pero para qué estarían entonces los entrenamientos si ya lo hiciéramos todo perfecto?? La próxima vez intentaré ser más constante, tener mejor sensibilidad para las velocidades, hacer cambios más graduales y menos bruscos, e ir de menos a más en cada intervalo.


El sábado por fin algo relajante: tirada larga con Alfonso, compañero del Club Primeguis e iniciador principal de la Liga Primeguis. Fue un doble atraco para él: la hora tan temprana y la distancia. Pero entre dos un asunto tan poco atractivo como correr 1h30 a ritmo suave se hace mucho más ameno y el tiempo se te pasa volando. Aún así los 14 kilómetros al final se nos hicieron algo largos, sobre todo por el levante que soplaba en contra.  


Para el domingo me esperaba otro plato fuerte de la semana: una excursión en bici (para no perder el contacto con los pedales). No tenía muy claro por dónde tirar. A la ida por la costa me acoplé a un grupo que iba a Puente Don Manuel, pero quería meter 1 o 2 puertos e incluir la Pared de Almáchar. Así que decidí sobre la marcha hacer la Ruta de la Pasa: Benamargosa – Cútar – El Borge – Almáchar – Moclinejo. La subida a Cútar prácticamente no tiene tramos encima del 5%. Así que simplemente es cuestión de coger un buen ritmo, ir cómodo, recuperar y a la vez acelerar en los descansitos. Ningún descanso en cambio te depara la subida de Almáchar al Alto de Moclinejo. Son casi 5 km extremos de la misma categoría que el Repetidor, la Mina, el Torcal o Comares. Después de sólo un km ya vas justito de fuerzas, el cuentakilómetros parece que no se mueve, tienes la sensación de quedarte clavado y no avanzar. En una palabra: un único sufrimiento. De milagro alcanzas la cima. El resto fue disfrutar de la larga bajada al Rincón y así puse punto final a una semana cargada de ejercicios de potencia y de caña para el cuerpo, aunque creo que como siempre al final conseguí una buena mezcla entre días más y días menos exigentes. Resumido en cifras se lee así:

·          Lunes: 11k patines + 1h15 gym + 10x23” escalera (10x90 peldaños)
·          Martes: Subida 6k al 6% a 6’05 , 6k bajada a 3’50
·          Miércoles: 8k a 4’50
·          Jueves: 3x2000 progresivos a 4’10
·          Sábado: 14k a 6’15
·          Domingo: 71,5k bici a 26,5km/h (desnivel: 950m)

domingo, 14 de agosto de 2011

Renacimiento

Esta semana he renacido, surgido de las cenizas, como una figura de la miteología griega. Ha sido una semana importante después del parón porque tenía bastantes dudas. ¿Me había recuperado bien de la caída? ¿Había perdido mucha forma? ¿Estaría el cuerpo en condiciones para asimilar la carga del segundo ciclo de pretemporada (que supone bastante más tela que el primero)? Al final todo sin problemas. Incluso he acabado la semana con mejores sensaciones que antes del accidente, el cuerpo cada vez responde mejor y a pesar del aumento de carga me siento menos cansado después de los entrenos que durante el primer ciclo. Buena señal.

Pero cuando realmente me sentí renacido fue el sábado, en la subida por Olías a la Reina en bici. Fue reencontrarme conmigo mismo. Claro que después de un accidente como el mío uno se hace preguntas tipo “Realmente merece la pena?”, “Por qué no te limitas a correr y a los patines?” Pero me encanta la bici. No podría dejarla y la subida a la Reina sirvió para despejar todas las dudas que tenía conmigo mismo. No fue una subida espectacular de esas contrarreloj que haces corriendo contra ti mismo, subiendo a toda leche y batiendo tus propios records. La verdad que no tenía las piernas muy finas ni un pedaleo alegre como hace dos meses, que me parece normal, sí ahora corro más y sólo utilizo la bici para alternar.




Salí con el sol levantándose a las 7h30. Ya en la Cala y más por la Araña noté esa brisa fresquita maravillosa de primera hora de la mañana. Después de pasar por el Palo y por debajo del puente de autovía me encontré con una acompañante incómoda y pesada que no se separía de mi hasta dentro de 1h15min: la pendiente constante que me iba a imponer mi ritmo a lo largo de 20km. Pero esta vez fue una subida más espiritual que competitiva, una experiencia más existencial que deportiva, en una palabra: un recital. Esos primeros rayos del sol que alcanzan primero las cimas y luego se extienden por cordilleras enteras. Esa tranquilidad, lejos del ruido de la ciudad, manteniéndola a distancia. Ese panorama del mar, el Candado, San Antón, la Bahia de Málaga, la Sierra de Mijas, que con más altura se va abriendo cada vez más. Por supuesto no fue la primera vez que descubrí esas cosas. Pero cada vez es igual de intenso y cada vez parece la primera vez.

Llegó la mejor de todas las impresiones. Cuando ya has superado lo más duro, el muro de Olías, y el mundo se siente en deuda contigo y te ofrece una recompensa porque cree que te la mereces: una panorámica única de la Axarquía. Con sus pueblos del interior, a esa hora de la mañana todavía cubiertos por una ligera bruma, como bañados en dulce de algodón. Una nube baja chiquita y perdida agarrándose al macizo rocoso de los Pirineos de la Costa del Sol. Comares como siempre vigilando a todos y todo pero en plena armonía con su entorno. Cualquiera sabe cómo lo hace para que nadie se sienta molesto por su mirada persistente. A veces ni te da tiempo para fijarte también en el Boquete de Zafarraya y la como siempre majestuosa Maroma.

Me pasó lo que suele pasar ante tanta belleza. Me quedé asombrado. Fueron impresiones tan intensas que el resto de la subida se me pasó volando. Coroné la Reina con esa sensación de haber vivido tantas cosas en algo más de una hora. Pensé un segundo (en realidad fue menos de un segundo) en toda la gente que a esa hora estaría todavía en la cama y que no sabían lo que ya se habían perdido.  


-          Díme una cosa. ¿Por qué hablas tanto de objetivos, entrenamientos, ciclos, pulsaciones etc.? ¿Son realmente tan importantes para ti esos objetivos?

-          Sí, por supuesto lo son.

-          Entonces eres como tu padre que nunca supo vivir en el presente, sólo estaba pendiente de planes, proyectos para el futuro etc. ¿Tú realmente sabes disfrutar de lo que haces? O sólo lo haces para poder conseguir algún objetivo?

-          ¿Has leído la pequeña crónica sobre la subida a la Reina? ¿No crees que sólo una persona capaz de disfrutar de cada segundo sería capaz de escribirla? Son importantes los objetivos. Pero también nos tienen que gustar, atraer, fascinar los pasitos para conseguirlos. Gandhi habría dicho: “La meta es el camino”.


viernes, 5 de agosto de 2011

Rehabilitación

Caídas siempre te tocan cuando menos te las esperas. Haces un simple La Cala-Torre del Mar, algo tranquilito y cortito. 1h20 como mucho, y al final Guardia Civil, Ambulancia, Traumatólogo y toda la pesca. Menos mal que el “asunto” se quedó en 5 puntos en la frente, porrazos en la cadera, el hombro, codo etc. Lo que peor me supo fue la semana de rehabilitación impuesta por las lesiones. Justo en el momento cuando mejores sensaciones tenía desde hace tiempo.


Tampoco es que las 4 semanas de pretemporada que llevaba hubiesen sido espectaculares pero el menos prometedoras. Pero esta semana no me ha quedado otra que dar paseitos para no perder demasiado la forma y para mantener la máquina activa (aunque fuese a un nivel mínimo). Hoy incluso he podido coger la bici un ratito para subir a Totalán. Mañana haré media horita de aqua footing en la playa, y el domingo igual ya me atreveré a correr algo.