lunes, 28 de mayo de 2012

La última: Istán


Como escenario para el final de temporada y para mi despedida particular de las carreras en España (por lo menos para algún tiempo) había elegido Istán. Por ser una carrera preciosa, espectacular y exigente. Por el encanto del pueblo y sus callejones. Y porque tenía una cuenta pendiente con Istán del año pasado cuando no supe dosificar bien y pinché totalmente. Así que este año lo quería hacer mejor. Correr con mucha cabeza. Dosificar bien, no gastar demasiados catuchos en las subidas, recuperarme cuanto antes en los llanos y apretar como pueda en las bajadas. En la práctica funcionó sorprendentemente bien, si no tenemos en cuenta las bajadas que siguen siendo mi talón de Aquiles. 


A la hora de la carrera el sol aprieta con toda su fuerza. Salgo con la idea de utilizar a Ali como referencia porque suele ser un corredor muy constante. Tomamos la salida y rapidamente encontramos cada uno su sitio en el pelotón, rodeados de otros corredores que a estas alturas todavía van cambiando. Voy alrededor del puesto 16 o 17, Ali un poco más delante. Después de entrar al pueblo y superar la primera rampa algo más seria ya se van formando pequeños grupitos y nos hacemos una idea con quien nos toca compartir definitivamente los próximos kilómetros. No hace falta sacar una tarjeta de presentación, nos tocará darla en la cuesta que lleva el bonito nombre “Calle del Calvario”. Nunca mejor dicho lo que nos espera allí.


Las sensaciones al llegar por primera vez al lugar del crimen no son malas, pero voy más asfixiado de lo que tenía previsto. A la hora de planificar la carrera obviamente no tenía en cuenta la cantidad de giros, pequeñas subidas, bajadas que te dejan las piernas marcadas antes ya de emprender por primera vez esa larga subida. Es esa realidad dura y pura del recorrido que me hace recordar todo aquello que el subconsciente intentaba reprimir desde la última vez que tuvo que cargar esa cruz. Afortunadamente no son sobrehumanos tampoco los que me acompañan en la cuesta. Subimos despacito despacito. Intento no forzar y reservarme algo para llegar con un mínimo de frescura arriba. A pesar de esa estrategia reservón consigo recortarles metro tras metro a Ali y a su compañero de equipo Luis.


Al entrar al parque su ventaja de 20 metros del principio de la rampa se ha quedado en nada. También ha conseguido recortar distancias Said Abdelkader, así que atravesamos el parque colocados en una fila Ali, Said, Luis y yo a un ritmo de 3’50 aproximadamente. A ratos dudo si hago bien reteniéndome un poquito, no tengo claro si los demás no pueden o no quieren más. Pero decido esperar hasta la pequeña subida al campo de fútbol para abandonar mi rol pasivo y mandar un primer aviso. En esa subida meto una marcha más, se queda Luis y por un momento también Ali. Me siguen Said y Juan Antonio de Trisport que nos ha alcanzado en el tramo llano posterior al parque.


Pero cambia totalmente el panorama en la bajada. Nadie de los demás baja especialmente bien, menos Ali que en cuestión de nada recupera los metros perdidos y se nos va poco a poco. Al pasar por meta ya nos saca más de 5 segundos, una ventaja que en el laberinto de los callejones incluso parece aumentarse. Sólo en las rectas mantenemos contacto visual con él. La situación se complica aún más cuando Juan Antonio se anima y salta del grupo. Imposible seguirle. Mi única esperanza es que pinche Ali y realmente consigo acercarme a él poco a poco. A 5 giros de la rampa le estoy pisando los talones.


Ahora empieza la especulación: Quién se lanza al ataque? Cómo va a reaccionar el otro? Me decanto por la Calle del Calvario como escenario para el duelo. Allí es donde pienso retarle. No le he visto subir excesivamente bien en la primera vuelta y creo tener suficiente fuerza para hacer al menos una subida decente. Después de pocos metros consigo pasarle, incluso recortar distancia con Juan Antonio que un minuto antes estaba todavía a años luz de mí y de repente le tengo a un tiro. Corono a pocos metros detrás de él y en la bajada llego a su altura.


Allí es donde cometo un error infantil: le paso antes de entrar en la recta final para no tener que coger la curva por el exterior (en vez de esperar y sorprenderle de atrás con un sprint infernal). Él reacciona en seguida y se pone a sprintar a buena velocidad, rápidamente me saca un metro y medio. No me doy por vencido y le alcanzo otra vez. Corremos codo a codo, pero con la sensación de ya haber complido sprinto con poca convicción y en consecuencia no consigo activar mi velocidad máxima. En la línea de meta me quedo a 10cm del podio. Al final 12 de la general y 4º de mi categoría.


Pero el sabor agridulce del final de la llegada no quita nada a la estupenda carrera que he hecho en total. Quién me diría hace un año que al final sería capaz de dar un salto de más de 30 puestos en la clasificación general y de quedarme a las puertas del Top Ten? Qué me podría hacer pensar hace seis meses que al final de la temporada competiría de tú a tú con atletas contrastados de la talla de un Ali Beye o de un David Díaz? Sí al principio de la temporada cross eran todavía auténticos galácticos para mí!!! Ha sido toda una experiencia, fruto de unos entrenamientos todavía más duros que los anteriores.


La “culpa” de mi progreso la tiene en gran parte el mismo David Díaz. A él por superarme todavía a nivel de sacrificio y mentalidad luchadora, a mi compañero de los mil y un piques, Miguel Ángel, a Pedro por poner ese puntito más (y luego quejarse de la dureza y exigencia de las sesiones), a Carlos por negarse categóricamente a correr por encima de 5’, a Toni y Darío por darnos a todos el ejemplo a seguir, a Chani, Román, Jesús y Antonio por ser los compañeros estupendos que son, a Rosa por los constantes regaños (“has estirado ya?!?”), a Pedrito por su sonrisa, su constancia y afán de superación, a Paqui por saber llevar con dignidad el hecho de coincidir en todos los entrenos con unos campeones y ella haberse quedado sin trofeo en Córdoba (“se le ha subido totalmente lo del premio!!!”), a María José, Antonia y todos los demás integrantes del Club Atletismo Cártama por poder formar parte de ese club magnífico, poder recorrer con ellos esos carriles, cuestas y carreteras y por enseñarme lo que se puede conseguir con constancia y esfuerzo. A ellos se lo debo todo.



Me sabe mal tener que dejar a esa gran familia que es mucho más que un club de atletismo. Igual que el Club Primeguis que son los responsables de que me he vuelto a enganchar al mundo del atletismo. 25 años después. A ellos también les debo muchísimo. Gracias a Diego y Jesús por hacerlo todo posible y dar una plataforma al espíritu luchador pero siempre de compañerismo. Gracias a María del Mar, Alfonso, Oskar, los dos Davids, Jesús, Juan, Arturo, Fernando, Tere, Mayte y todos los demás por poner ese colorido especial en las carreras. Gracias en especial a Antonio y Javi por vuestro apoyo durante todo ese tiempo. 


Sabéis que en Alemania tenéis a un amigo. Pero no os hagáis falsas ilusiones jeje No os vais a liberar de mí!!! Volveré!! Para las carreras estrella y para dar más caña todavía!!! Eso no ha hecho nada más que empezar.

Un abrazo a todos!!!

miércoles, 23 de mayo de 2012

Ekiden Córdoba




Vaya sábado que pasamos con la familia del CA Cártama en Córdoba. La carrera casi fue lo de menos porque menudo viaje en autobús (como los profesionales!!) y festín con carpa y merienda que tuvimos allí. Muy rara la sensación de tener que esperar tu turno. No estás corriendo, pero a partir del pistolazo ya no consigues calmar los nervios porque es como si estuvieses corriendo tú mismo y no solamente un compañero de tu equipo.



El recorrido realmente fue exigente. Bonito, divertido pero muy exigente. De hecho fue una mezcla entre un cross y una carrera urbana. Muchos tramos con chinos, giros de 180 grados (hubo un tramo con más zigzag que la mayoría de los circuitos en el provincial de cross), tramos bastante largos de tarima de madera, subidas, bajadas, pero también rectas largas sobre asfalta. En total un recorrido que te cortaba totalmente el ritmo, y más todavía por el viento, hacía muchísimo aire.  


Salí último y no sabía muy bien por qué puesto íbamos. David había dejado a nuestro equipo en el 4º puesto con un ritmo de 3'50, increíble en ese circuito tan machacón!! Las dos mujeres lucharon como leonas e hicieron sus algo más de 5k a 4'30, igual que Chani sus 10,5k. Cuando me tocó a mí no sabía muy bien por dónde íbamos. Pero en la salida me fijé en uno de un equipo mixto que salió 53 seg delante mía. Así que sabía que para recuperar puestos tenía que alcanzarle por lo menos a éste. Empecé a buen ritmo, con la sensación de ir reservando, pero realmente creo que iba muy rápido. Sabía que era cuestión de ir recortando poco a poco, y que quedaba mucho trayecto todavía pero iba con bastante ansiedad por alcanzarlo cuanto antes.


Después de superar por primera vez las rampas en el Puente Romano sabía que ya le había recortado mucho, pero en un giro donde te cruzabas con toda la gente que llevabas detrás de repente ví a uno de un equipo mixto a poca distancia de mí, un corredor del Castillo de Carcabuey y además apretando fuerte. Así que no me quedó mucho tiempo para reaccionar. No había contado con eso! Sabía que a ese ritmo me iba a alcanzar en cuestión de nada y que probablemente tampoco podría seguirle. Alcanzar al que tenía delante era algo factible, pero a la vez ya me había costado tanto esfuerzo que no me ví capaz de ponerle más resistencia al que venía de átras. Intenté recuperarme algo mientras se estaba acercando, y cuando me adelantó cambié de ritmo y me pegué a él pero después de un km se me iba poco a poco



Hasta entonces ya habíamos casi terminado la primera vuelta y tenía mi objetivo del principio a un tiro, el corredor de Ofisur que había salido a casi un minuto delante mía. En las primeras curvas de la segunda vuelta le adelanté, pero se pegó y parecía que no había manera de soltarlo. Todo el tramo recto por el río, luchando contra el viento lo tenía a mis espaldas, chupando rueda. Ahora había que utilizar la cabeza: "Déjale pensar que él que se está reservando es él, pero tú mientras tanto guárdate algo. En un tramo difícil ataca y cuando le saques 15-20m seguramente se viene abajo y se irá incrementando la distancia cada vez más". Y así fue. En un zigzag antes de llegar al Puente Romano me vino de maravilla un corredor doblado porque conseguí meter mi cuerpo delante del suyo justo antes de la primera curva, pero a mi perseguidor le costó más adelantarle y ya perdió 4-5m hasta llegar a la rampa del Puente Romano. Allí metí el turbo y subí a plato fijo sin bajar ni un pelín el ritmo, incluso lo incrementé en la segunda parte de la rampa. Arriba ya nos separaban 15-20m. Una ventaja que después iba aumentando poco a poco



Me encontraba bien, pero él del Castillo de Carcabuey ya estaba muy lejos, a ratos tenía la sensación de poder recortar, para acto seguido darme cuenta de que no había manera de acercarme. Desde atrás tampoco se estaba animando nadie, así que me relajé. La única tarea que me quedaba era ir recogiendo corredores de otros equipos mixtos. Pero no sabía si ya iban doblados o si adelantándoles realmente iba mejorando puestos. Al menos fue un aliciente para no desconectar del todo. Al final terminé a un ritmo do de 3'52 en ese circuito muy difícil, con muchos cambios de ritmos. Fue la primera carrera en la que hasta la fecha he levantado los brazos al llegar a meta (por si acaso había que celebrar algo ...).
Al final cayó un trofeo por el quinto puesto en equipos mixtos (de 31 equipos mixtos en total, había premio para los 6 primeros de cada categoría). Quedamos 43 de la general (de 137 equipos que terminaron en total). El otro equipo mixto de Cártama quedó 49 de la general (7º de los mixtos). El equipo "A" con los galácticos terminó 9º de la general. 
Más que por la buena carrera a nivel individual me alegré por el triunfo en equipo y en especial por Chani y por Rosa. Por sus respectivas molestias los dos no pueden o no podían entrenar de la forma que realmente querrían. Aún así no esconderse, ponerse a disposición del equipo, correr de la mejor forma que puedan (y sin lamentarse en ningún momento de no poder alcanzar su máximo nivel) tiene un enorme mérito. Ellos y María José que también hizo un carrerón son los verdaderos artífices de ese triunfo a nivel de equipo.