viernes, 23 de septiembre de 2011

Feriantes

Después de dos carreritas de cachondeo (Feria de Mijas, Subida al Bajondillo) tocó la primera prueba seria de la temporada. La de la Feria de Torremolinos. El primer amistoso, ya no contra una selección de la Axarquía sino contra el Lazio. Los que entrenamos según periodizaciones nos encontramos muchos todavía en época de pretemporada y llegamos con las piernas bastante cargadas a las carreras. Pero lo mismo vale para nuestros rivales. Así que excusa no puede haber ninguna pero no hay que sobrevalorar los resultados tampoco. Aún así mentiría si no reconociese que iba a ser una prueba importante para mí, ya que me serviría para comprobar mi estado actual y para sacar conclusiones cara al futuro. Después sabría en qué punto realmente estoy y a qué puedo aspirar, hasta dónde realmente puedo llegar.

Antes no había hecho practicamente ningún entrenamiento a ritmo de carrera. Las pocas oportunidades para entrenar a 4’05-4’10 y “calibrar” el ritmo de carrera las había desperdiciado. Había entrenado o demasiado rápido (series de 1000, series piramidales, bajadas) o demasiado lento (carrera continua, subidas). Incluso en los fartleks iba o por debajo o por encima del ritmo de carrera. Así que sabía que mucha sensibilidad por la velocidad todavía no tenía y que sería cuestión de irse adaptando a lo que sucediese en carrera. A pesar de todo arranqué con la idea de ir de menos a más, expresión de una ingenuidad total de mi parte como se puso de relieve después.


Menos mal que la toma de contacto con las carreras más serias coincidió con el primer mítin de la familia Primeguis esta temporada. Estar entre los compañeros, hablar de nuestras cosa, las risas y todo me ayudaron a distraerme algo y también permitió que mi tensión pasó desapercibida. Pero cuando se acercó la hora de la salida y más todavía esperando la señal de salida me puse algo nervioso.

Tomo la salida junto a Fernando, con unos 70-80 corredores delante. En los 100 metros en pista ya hay bastante movimiento. Muchos cambios de posiciones. Unos adelantando, otros frenando. A pesar del caos consiguimos pasar bien por la puerta a la calle. Fuera del estadio siguen los adelantamientos. Hasta allí imposible centrarse en correr y coger un ritmo. En la bajada hacia C/ Cuba se empiezan a abrir algo las filas y a formarse los primeros grupos. Ahora sí ha llegado la hora de centrarse algo más en el ritmo. Voy cerrando un grupo de unos 6-8 corredores y calculo que en cabeza de carrera van unos 40-60 corredores más. Jarapalos, San Pedro, Torremolinos pone en las camisetas de los que tengo directamente delante. Todavía hay algún que otro buscando su oportunidad y con ganas de engancharse a los trenes que van por delante cuando pasamos por la zona de los chinos. Pero perdemos de vista a los primeros en la polvareda que levantamos entre todos y la cosa se tranquiliza definitivamente al enfrentarnos por primera vez a la subida dirección autovía.


Allí de repente también se une a la fiesta Ismael del Club de Atletismo de San Pedro con él que hace unos meses me perdí por los callejones de Istán. No me reconoce, o le da vergüenza. Tiene una forma curiosa de correr. Va a buen ritmo en los llanos y las bajadas, pero no puede en las subidas. Así que es un tira y afloja entre nosotros. Subiendo le adelanto yo y en los llanos me coge otra vez. Así durante una vuelta y media. Cuando pasamos la primera vez por el Molino de Batán todo el mundo corre pegado a la pared buscando la pequeña sombra que da el muro. Así entramos enfilados en la recta larga que nos lleva hasta el punto de partida. Ufff!!! Cuánto queda todavía para terminar la primera vuelta!! Encima pica un poco para arriba y se nota una ligera brisa en contra. Así que en seguida busco la espalda de un corredor del CA Torremolinos que me lleva bien protegido al comienzo de la segunda vuelta.

Mirando el reloj se confirma lo que ya he empezado a notar durante los últimos minutos: he salido demasiado rápido. Tampoco me he pasado totalmente, pero sí lo noto y dudo de que pueda mantener ese ritmo durante toda la carrera. Porque en vez de correr a 4’15 (como tenía previsto) corro a 4’. Pero parece que lo mismo le pasa a más corredores. Somos bastantes los que a partir de la segunda vuelta aflojamos al menos un pelín y aprovechamos la bajada “técnica” como oportunidad para un pequeño “descanso activo”. La mitad de los que antes tenía delante se marchan poco a poco en esos cambios de ritmo. Cada vez hay más distancia entre los corredores. De atrás ya no viene practicamente nadie tampoco. El único que me adelanta en la bajada es Ismael. Pero en la subida paso otra vez por delante de él, a lo largo del sube y baja hacia el Molino Batán le escucho acercarse, pero a partir de allí meto más distancia entre nosotros y al final le saco 1’30.


En la recta larga tengo ahora delante a un corredor altísimo, me sirve estupendamente para protegerme contra el viento de cara. Hacia el final de la recta empiezo a dudar si no sería mejor adelentarle pero hay un hueco importante entre nosotros y los que van delante. Me autoconvenzo de intentar aprovechar la bajada para acercarme a ellos y a la vez recuperar un poquillo. Qué idea más ingenua! Van cayendo los primeros doblados pero no hay forma de acercarme a los rivales directos. La subida hacia la autovía en esta tercera vuelta se hace realmente dura. Tengo que apretar ya bastante porque tengo la sensación de perder el contacto en vez de conectar con los delante. Pasado el Molino de Batán y ya en la recta por fin tengo la presa a un tiro. Mejor dicho dos presas. Pero alcanzar el mejor posicionadao de ellos supondría un esfuerzo tremendo y mentalmente no estoy por la labor. Va a ser ya difícil alcanzar al último de los dos. Se está haciendo ya muy larga la carrera, encima pica para arriba en la calle antes de entrar al estadio. Son los típicos momentos en los que realmente ya no tienes fuerzas y sólo corres porque así te lo dice la cabeza y la mía en este momento me dice “Intenta mantener más o menos el contacto, en la pista ya se verá quién tiene más fuerzas”. Entro con una desventaja de 15-20m a la pista de atletismo, y dudo que sea posible recuperar esta distancia. Pero ya en la recta final noto que tengo todavía más que echarle que la “camiseta amarilla” que tengo delante. Acelerando le saco metro tras metro y cruzo la meta incluso unos metros delante de él. Al final llego 56 con una media de 4:06, con bastantes cosas todavía por mejorar pero para empezar no está nada mal.